Racionamiento cubano

El anuncio por Nicolás Maduro de la tarjeta de racionamiento que aparece calcada en el sistema cubano,  además de reconocer públicamente la presencia del comunismo –único sistema que utiliza ese instrumento-, presagia graves dificultades para la población, si hemos de medir sus consecuencias vividas en Cuba, donde esa tarjeta cumplió 50 años de control de la población.

 Por AÍDA GUTIÉRREZ H. (@guti21)

Esta es la tarjeta electrónica de racionamiento que Nicolás Maduro mostró el domingo pasado  pasado en cadena nacional, al tiempo que prometió rifas con premios para convencer a la gente de aceptarla.

Esta es la tarjeta electrónica de racionamiento que Nicolás Maduro mostró el domingo pasado pasado en cadena nacional, al tiempo que prometió rifas con premios para convencer a la gente de aceptarla.

Luego de que fuese anunciada la “Tarjeta de Abastecimiento Seguro” para la compra de productos en todas las redes de comercialización del Estado, diferentes sectores del país han manifestado su  rechazo a ese mecanismo porque representa la tarjeta de racionamiento cubana, que ha llegado a Venezuela, dicen, para quedarse.

Acceder a “ofertas y premios”

El presidente Nicolás Maduro presentó este domingo la tarjeta electrónica de alimentación. Dijo que el primer paso será el «registro biométrico» a través de la huella dactilar. «Pueden pagar con la tarjeta o como quieran pero en un momento dado la tarjeta será un gran beneficio: habrá ofertas especiales  para la canasta familiar básica y premios», expresó.

El mandatario explicó que estos «nuevos mecanismos» son para la «protección del pueblo» para lo cual «llevará a cero» el contrabando de alimentos por las fronteras, en especial a Colombia. Para esta tarjeta serán destinados 20 millones de bolívares y 1 millón 300 mil dólares al Ministerio de Alimentación.

«Todos podrán seguir haciendo lo mismo que hacen hoy, ir al Mercal y comprar lo que hace falta a su familia sin restricciones de ningún tipo, solamente vamos a hacer un gran censo de usuarios para después ir mejorando la cantidad y calidad de los productos y para cerrar toda posibilidad de que los productos, que son para la familia venezolana, se los lleven los contrabandistas(…)”, dijo el presidente.

Para acceder a la “Tarjeta de Abastecimiento”, los interesados deberán inscribirse en la parroquia más próxima a su domicilio. Con ella podrán obtener sólo los productos que escasean en las tiendas: pollo, azúcar, leche, arroz, papel higiénico, jabón, margarina, aceite o harina de maíz. Sólo se podrá comprar un kilo por semana y por persona y eso, en el caso de que haya existencias del producto.

“Tarjeta de racionamiento del siglo XXI”

El economista y profesor de la UCV, José Guerra asegura que la tarjeta de “Abastecimiento Seguro” propuesta por el Gobierno nacional “tiene como finalidad controlar las veces que los consumidores acuden a la red de mercados del Gobierno para adquirir alimentos”.

Para Guerra, este nueva modalidad para el consumo, “no es más que una “tarjeta de racionamiento del siglo XXI” que pretende ser institucionalizada al puro estilo de la libreta cubana implementada hace 50 años por el régimen castrocomunista”.

Asegura el economista que  lo que se busca es controlar a los consumidores, para saber qué compran, cuándo compran y quién compra. Lo que interpreta  como una “lista de control político”.

Recuerda  que no es la primera vez que en Venezuela se intenta implementar este mecanismo ya que Hugo Chávez propuso la aplicación de la “Cédula del Buen Vivir” para financiar el “consumo necesario” y hasta la fecha no existen reportes de la utilidad de tal tarjeta.

También destaca, que el gobernador del Zulia, Francisco Arias Cárdena intentó aplicar una “tarjeta de racionamiento” para controlar la venta de productos en esa entidad y fue rechazada por el presidente Nicolás Maduro, quien en su momento enfatizó que “no era el legado de un gobierno socialista y revolucionario”.

Considera el experto que la crisis que vive el país es insostenible y que las medidas que ha tomado el Gobierno siguen incrementando la escasez y el desabastecimiento.

“Definitivamente hay un malestar en el venezolano y lejos de resolverse se está agravando. La política económica es muy errática. El Gobierno nacional está sobreviviendo, intentando apagar su propio fuego”, precisa Guerra.

Indica que “los venezolanos que hacen largas colas para conseguir los productos de la cesta básica pierden su tiempo, porque al final terminan pagando los productos más caros, no solo por la espera para comprar los alimentos, sino que deben conformarse con las marcas que se encuentran, evidenciando esto una caída en la producción de la actividad económica, que se evidencia con los niveles de escasez prolongados que según cifras del Banco Central de Venezuela, en el mes de enero se ubicó en 28%.”

Señala, que tal y como van las cosas para el cierre de este año, es probable que el país cierre con el índice de inflación y escasez de Venezuela más alto del mundo. “Tenemos un serio problema de dólares y vamos a una macro devaluación del Bolívar que es el Sicad II (Sistema Complementario de Administración de Divisas)”.

Aparato productivo destruido

Por su parte el economista Víctor Rosales,  asegura  que el gobierno pretende cubanizar la distribución de alimentos con una tarjeta que controlará qué come la gente y cuándo lo come.

-Con este método no van a salvar el aparato productivo que está destruido, ni reactivar la actividad económica, ni van a dejar de importar y tener deudas por esta razón, ni tampoco se van a terminar las largas colas para la compra de los productos de la cesta básica.

Imágenes como estas se ven a diario en toda Venezuela. Los ciudadanos podrían hacer, hasta 4 horas de colas frente a un supermercado para comprar solo dos kilos de leche, por ejemplo. (Foto El Universal)

Imágenes como estas se ven a diario en toda Venezuela. Los ciudadanos podrían hacer, hasta 4 horas de colas frente a un supermercado para comprar solo dos kilos de leche, por ejemplo. (Foto El Universal)

-La realidad es que estamos viviendo la escasez más dramática  de los últimos tiempos en la historia del país. No hay papel toilette, productos de higiene y limpieza, azúcar, mantequilla, café, leche, repuestos para autos, medicinas, pañales, harina, carne, pollo, pan, gas doméstico y pare de contar…

– Con esta tarjeta no se va a solucionar el desabastecimiento, al contrario la situación será peor por el control que serán víctimas los venezolanos que acepten este mecanismo.

-Esta tarjeta es la implementación de un mecanismo de racionamiento, debido a la grave escasez de productos de la cesta básica. Y no es porque se los lleva el contrabando, sino que simplemente está destruido el aparato productivo. En Venezuela no hay producción, todo se importa.   No hay suficientes productos para satisfacer las cantidades que desean los consumidores. Con esta tarjeta el  gobierno, indirectamente, reconoce que el problema de la escasez no podrá resolverse en el corto plazo.

50 años tiene Cuba con la libreta

La libreta de racionamiento, que regula la venta de alimentos a precios subsidiados a los cubanos, tiene 50 años, recién cumplidos. Implantada por Fidel Castro el 12 de julio de 1963 para enfrentar la escasez de alimentos y la especulación en los precios.

El pueblo de Cuba ha tenido que soportar 50 años con la libreta de racionamiento. Venezuela copia el mecanismo para controlar más a los ciudadanos.

El pueblo de Cuba ha tenido que soportar 50 años con la libreta de racionamiento. Venezuela copia el mecanismo para controlar más a los ciudadanos.

La libreta fue introducida con «una vocación igualitaria en momentos de escasez, para proteger a nuestro pueblo de la especulación y el acaparamiento con fines de lucro», dijo el presidente Raúl Castro en abril de 2011, ocasión en que defendió la necesidad de eliminarla lo antes posible.

La libreta «se ha venido convirtiendo, con el curso de los años, en una carga insoportable para la economía y en un desestimulo al trabajo, además de generar ilegalidades diversas en la sociedad», dijo Raúl Castro. Se sabe que hay irregularidades en toda la cadena de distribución de alimentos, lo que estimula el mercado negro.

El Gobierno cubano gasta unos 1.000 millones de dólares anuales en subsidiar el arroz, café, carnes, granos, pastas, huevos, azúcar, sal, pan y otros alimentos que en pequeñas cantidades recibe cada cubano al mes por un precio total inferior a 50 pesos (dos dólares). Los niños reciben adicionalmente leche en polvo y yogur de soja, y los enfermos dietas médicas.(@guti21)
FUENTE: Revista Zeta Nº1944 – 21-03-14

 

 

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