Al entregar la presidencia de la Academia de Ciencias Económicas a la nueva directiva, el economista Luis Mata Mollejas presentó una visión global de la situación venezolana y recomendó un regreso al sistema parlamentario en lugar del presidencialismo vigente, como posible remedio en un momento en que “es más que probable la estimación de precios internacionales para el petróleo inferiores al costo de la producción en Venezuela.”
Por Aída Gutiérrez H. (@guti21)
)“La relación reservas internacionales, deuda externa señala que el país cuenta con solo 20 centavos de dólar, por cada dólar adeudado; relación que hace presión sobre el tipo de cambio, haciendo previsible un incremento importante de la inflación”.
Así se expresó el economista Luis Mata Mollejas en su exposición en la sesión de clausura de las actividades del Comité Directivo para el lapso 2012-2015 de la Academia Nacional de Ciencia Económicas (ANCE).
Mata Mollejas hizo entrega oficial de la presidencia a su sucesor el economista Humberto García; y en su discurso ofreció reflexiones sobre la grave situación económica que vive Venezuela.
El presidente saliente de la ANCE, retoma su puesto como Individuo de Número de esta prestigiosa Academia. Mata también es Coordinador del doctorado de Economía y profesor titular en la Universidad Central de Venezuela.
Falta de inversión reproductiva
“El Estado autocráticamente dirigido, aun en tiempo de bonanza económica, limitó la disponibilidad de recursos para acometer proyectos y realizar las actividades normales de la institución”, manifestó Mata Mollejas en su intervención ante la Academia.
Reconoció que si bien era cierto que en el pasado año de 2015 el Estado contó con menos recursos provenientes de la exportación de petróleo, también era cierto que si dichos recursos se hubieran encausados a gastos de inversión reproductiva, en lugar de promover sus actividades diplomáticas, buena parte de las dificultades que sufre la sociedad venezolana pudieron haberse evitado o al menos disminuirse sensiblemente.
Deuda externa
Refiriéndose al 2016 precisó “que la cuenta comercial con el exterior con estimaciones para las exportaciones por $18.000 millones de dólares e importaciones esenciales: alimentos y medicinas por el orden de $ 30.000 millones de dólares, acusará un déficit de $ 12.000 millones; lo cual, frente a unas reservas internacionales de $15.000 millones las dejará en solo $3.000 millones; suma que resulta insuficiente frente a una deuda externa (soberana y corporativa) de $ 15.000 millones de dólares”.
Dijo que si bien era cierto que la deuda externa no era exigible de inmediato en su totalidad; la relación reservas internacionales, deuda externa señala que el país cuenta con solo 20 centavos de dólar, por cada dólar adeudado; relación que hace presión sobre el tipo de cambio, haciendo previsible un incremento importante de la inflación.
Las pérdidas de PDVSA
En lo relativo a la situación de PDVSA, señaló que los costos estimados de producción, según fuentes internacionales son de $/b 23,50; mientras que el precio estimado para la exportación es $/b 20,00.
-Así –continúa el académico- , el flujo de caja previsible arrojaría perdidas corporativas en el negocio de exportación; a las cuales hay que añadir las pérdidas provenientes del mercado interno.
Consideró que el comportamiento fiscal también se preveía deficitario y que el financiamiento con emisión monetaria del Banco Central de Venezuela, también redundará en incremento de la inflación; sin que los gastos previstos para la inversión sean suficientes para contener el desempleo abierto y el subempleo existente.
“Emergencia económica”
Refiriéndose al decreto de “Emergencia económica” propuesto por el gobierno nacional, dijo que no podía corregir ninguna de las circunstancias mencionadas; puesto que el crecimiento de la producción nacional no se lograría en el corto plazo, ni en condiciones de cooperación consentida con el sector privado y mucho menos si se aumentan las restricciones, como preveía el proyecto de decreto en áreas tan sensibles como el control y traspaso de las operaciones de producción, distribución y mercadeo a colapsadas agencias públicas.
-Y que eran altamente ilusorios, los deseos gubernamentales de que el Estado iraní no inundase el mercado petrolero, con un mínimo de 300.000 b/d. Lo cual junto a la desaceleración del crecimiento de la economía china, haría más que probable la estimación de precios internacionales para el petróleo inferiores al costo de la producción en Venezuela.
Pensando en salidas hipotéticas, recomendó que una podría ser cobrar las facturas pendientes de la región caribeña: “si el gobierno cambiase su política internacional en dicho espacio ya que la factura con PDVSA se estima en $ 50.000 millones de dólares”.
Por ello aseguró que el problema político – económico del país es más grave que lo diagnosticado como emergencia; porque lo económico y lo político están íntimamente relacionados; señalando que una opinión muy difundida es que el desenvolvimiento socioeconómico de Venezuela es aceptable cuando el petróleo provee los recursos suficientes; y que la calamidad se desata cuando los precios caen; con lo cual aparecen las tensiones políticas.
Beneficios de un régimen parlamentario
Dijo que la historia refiere que si el marasmo económico era suficientemente severo, las fuerzas políticas llegan al extremo de querer adentrarse en la ruta del cambio drástico de gobierno, rompiendo el llamado hilo constitucional; sin saber si el nuevo gobierno podrá acertar con las medidas necesarias; corriendo el riesgo de que la inestabilidad política agrave el malestar social.
Aceptando que la conducta razonable, en todo momento era minimizar los riesgos, sean estos políticos-económicos; y que la percepción que tiene el pueblo llano, de cuál debe ser la conducción del Estado, sufría ante la incertidumbre provocada por una escasísima información lo colocaba en situación de anomia política o dentro de un circuito del miedo, entre dos prototipos extremos: un zombi proletario, pendiente de las dádivas y un ciudadano exasperado que intenta defender sus posesiones con actos violentos.
De allí que en tales circunstancias, los órganos naturales para dirigir la conducta de la población: los partidos políticos resultasen inermes o terminasen siendo cómplices de cualquier solución improvisada. Lo grave de ello es que bajo el régimen presidencial, los cambios de gobierno están prefijados por las fechas electorales y que tales lapsos resultaban demasiado largos para enfrentar adecuadamente el marasmo económico.
Expresó que tal inconveniente no se presentaba en el régimen parlamentario, porque los partidos pueden, cambiando alianzas, ajustar su acción al tiempo real requerido para efectuar el cambio de conducta del Estado.
Al final de su discurso Mata Mollejas argumentó: “Después de 200 años de intentos de convivir con el régimen presidencial, y de repetidas y trágicas rupturas del hilo constitucional y de sobresaltos por las perspectivas de golpe de Estado, era tiempo de propiciar un cambio de régimen constitucional, que eliminase el riesgo de que la coyuntura política profundizase el marasmo económico”. En este sentido, recomendó estudiar una reforma constitucional para adoptar el régimen parlamentario en sustitución del presidencialismo vigente.
Este acto de juramentación tuvo efecto el pasado miércoles 27 de enero, en el auditorio del Palacio de las Academias. El Comité Directivo quedó integrado por los Académicos: Humberto García como Presidente; Pola Ortiz, Vicepresidente; Eduardo Ortiz, Tesorero y Sary Levy, Secretaria. (@guti21)
Fuente: Revista Zeta Nº2037 – 12-02-16
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