El economista Luis Mata Mollejas vaticina para el 2013 que “más pronto que tarde, el Fisco se verá obligado a aumentar los impuestos, a reducir los gastos y a efectuar una devaluación formal y abierta, como solución parcial y de emergencia”
Por AÍDA GUTIÉRREZ H. (@guti21)
Para conocer los pronósticos de la economía venezolana en 2013, conversamos con el Presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas y Coordinador del Doctorado de Economía de Faces de la UCV, economista Luis Mata Mollejas, quien asegura que “la situación fiscal venezolana es insostenible, al límite de la insolvencia”.
Y hablando de vaticinios y pronósticos, muy en la onda china, Mata comenta: “Los estudiosos de los horóscopos chinos afirman que los años de La Serpientesuelen ser aciagos, acompañados de eventos alevosos como depresiones financieras y tumultos ominosos, asociados a las extravagancias económicas antes cometidas”.
-En los primeros días de febrero de 2013 se iniciará un nuevo año de La Serpiente, según los chinos, y las tendencias económicas, emergentes de los tres lustros precedentes, indican que la situación fiscal venezolana es insostenible, al límite de la insolvencia, -expresa Mata.
“Un riesgo difícil de aceptar”
Mata refiere lo que afirman los estudiosos de la economía: “Una situación fiscal es insostenible, o no viable para el futuro inmediato o próximo, si la evolución del nivel de la deuda pública la hace prácticamente impagable (riesgo de default) sin recurrir a un aumento importante de los impuestos y si la contratación de nuevos créditos resulta prácticamente imposible o de muy alto costo, por parecerle a los eventuales prestamistas un riesgo difícil de aceptar; lo cual deviene en tasas altísimas de interés”.
-Todo ello -continua- dentro de las restricciones habituales que impiden o dificultan en grado sumo a los Bancos Centrales emitir moneda como respuesta a las necesidades crediticias de los Fiscos.
-Los anteriores criterios señalan la complejidad involucrada en el acto de emitir un juicio de insostenibilidad o insolvencia fiscal al referirnos a casos concretos; por lo cual los economistas teóricos ofrecen varias opciones de medición; aunque, en última instancia se trata de variantes sobre la base de estimar como sosteniblela situación fiscal que genera superávits futuros para compensar los déficits del pasado.
–En pocas palabras, la insostenibilidad obliga a limitar el aumento de la deuda en función de la capacidad futura de pagos ciertos; lo cual, en los países de economías pequeñas, se asocia con las circunstancias de las exportaciones.
Enfatiza que en el caso de Venezuela, “ese límite ya se alcanzó; pues el incremento del endeudamiento previsto para 2013, para financiar el nuevo déficit fiscal, que se aproxima al 15% del PIB, apenas alcanza para atender el servicio del saldo de la deuda antes convenida; lo cual obliga a la Administración que se inicia en enero a no contraer nuevos créditos. Y esto implica modificar radicalmente la estrategia seguida en los últimos 15 años”.
-¿Cuáles son las causas de esa situación?
-Comencemos por considerar que nuestro Banco Central tiene muy limitadas las facultades de emitir crédito a favor del Fisco, pues apenas podría suministrar montos pequeños para solventar insuficiencias de caja o Tesorería, para ser cancelados dentro de un mismo año fiscal.
-Por ello la actual Administración ha recurrido a limitar las Reservas Internacionales en divisas y vender las sustraídas en el mercado paralelo (fuera del circuito del Banco Central) a precio superior al tipo de cambio oficial, efectuando una devaluación de facto; escudándose tras manipulaciones financieras, en el límite de la legalidad, al crear Fondos e instrumentos financieros que simplemente estimulan la especulación cambiaria; como la asociada a la venta en bolívares de instrumentos de deuda en dólares, realizadas por el SITME, para que el comprador los revenda con descuento en el exterior; con lo cual se enmascara la devaluación.
-Si esta constatación se considerase infundada –prosigue el experto- la única opción alternativa seria aceptar que el mercado paralelo se está alimentando de divisas provenientes del tráfico internacional de la droga (alternativa obviamente inmoral e ilegal, a mas de burda imitación del procedimiento que en otro tiempo utilizaba el Banco Central de Colombia al abrir la llamada ventanilla siniestra, mediante la cual adquiría divisas sin averiguar su origen, bajo el pretexto de que los billetes verdes ni huelen ni yeden).
-En síntesis, el gobierno se ha embarcado en mecanismos especulativos que legalizan la fuga de capitales y hacen poca atractiva la inversión reproductiva en el país. Es decir, estimula prácticas financieras que van en contra de los mejores intereses económicos nacionales: aumentar la producción y el empleo local.
-La consecuencia, no deseada, es desmejorar los indicadores de comportamiento económico que se incluyen al considerar el índice denominado “riesgo país” y que sirven de referencia a los eventuales prestamistas internacionales para evaluar la capacidad futura de pagos. No es entonces de extrañar el altísimo nivel de riesgo-país asignado a Venezuela, a pesar de las potencialidades de exportación petrolera; lo cual deriva en las elevadas tasas de interés (10%) que se pagan por los bonos venezolanos; ya estén a cargo de la República o de PDVSA.
-¿Entonces el potencial petrolero no es un punto favorable?
– En la práctica se trata de una oportunidad desperdiciada; pues los altos precios que todavía se reciben se relacionan con la auto restricción de las exportaciones convenidas con la OPEP y con los decrecientes ingresos en divisas por la desacertada política de comercialización de PDVSA; la cual compromete las exportaciones futuras al pre-vender al gobierno chino una parte importante de ellas , en operación de trueque, por bienes chinos, valorados en moneda china; operación que magnifica los trueques efectuados con Cuba y con otros países del Caribe, convenidos por razones políticas que ignoran los perjuicios económicos que conllevan. De allí el contraste entre el superávit fiscal de Arabia Saudita (12% del PIB) y el déficit fiscal de Venezuela (15 % del PIB).
– De todo lo dicho resulta que la generación de superávit fiscal en el futuro inmediato es prácticamente imposible sin aumentos importantes de los impuestos, y que la contratación de créditos nuevos, libres de obligaciones políticas y a tasas de interés bajas (2%), como las que rigen los mercados internacionales de créditos, enfrentaría fuertes imposiciones políticas de los entes internacionales.
-Así, más pronto que tarde, el Fisco se verá obligado a aumentar los impuestos, a reducir los gastos y a efectuar una devaluación formal y abierta, como solución parcial y de emergencia, mientras se instrumente una solución de largo aliento asociado con el mayor desarrollo del país… Es decir, el gobierno está en la obligación de cambiar la estrategia fiscal y financiera seguida en los últimos 15 años.
-Debiendo decirse que la re-estructuración de los gastos es ya imprescindible; pues los destinados al apoyo de la producción nacional no llegan al 10% del total del presupuesto aprobado para el 2013 y que el servicio de la deuda, que no podrá reducirse, es superior al gasto por situado constitucional destinado a las regiones, entre otras perlas, contrarias al desarrollo económico; que, por el momento, nos abstenemos de comentar.
-¿Pero, no ha declarado el gobierno que la situación fiscal venezolana es mejor que la de algunos países europeos?
-Sólo basta ver los indicadores básicos sobre la insolvencia fiscal venezolana: aumento sostenido del endeudamiento, reducción de la tasa de incremento de los ingresos de divisas por exportación, tasa de interés del endeudamiento fiscal más alta que las aplicadas a los países europeos en situación crítica, como España (5,7%) e Italia (5,1%) los cuales resultan más significativos que los subjetivos estándares de referencia de Maastricht , a los que a veces recurren las autoridades venezolanas en ejercicio, cuando les conviene, para imaginar y hacer creer a la población que su política fiscal es sostenible y viable.
-¿Por qué son subjetivos los estándares de Maastricht?
-Simplemente porque ellos reflejan las condiciones particulares que tenían las economías de Francia y Alemania al momento de establecerse los mencionados criterios y que la dinámica política para salvar al euro y a los propósitos geopolíticos de la Unión Europea han mantenido, a pesar de los cambios en los condicionantes económicos internacionales.
-Pero es obvio que la prolongación de la crisis económica y los eventos políticos de inicio del siglo XXI han desenmascarado las debilidades teóricas que subyacen en el Acuerdo de Maastricht, así como el prejuicio, proveniente de un acentuado colonialismo cultural, de quienes todavía quieren ver en las universidades de los países del Atlántico Norte la existencia de un conocimiento científico superior en todos los ámbitos… y ello, por cierto, no se da en las ciencias sociales, que dependen de la renovada interpretación de los desenvolvimientos y eventos históricos.
– No obstante , si referimos la situación fiscal venezolana a uno de los criterios de Maastricht, vemos que el grado de deterioro es tres veces más alto que el límite que no debería superarse para hacer sostenible la estrategia fiscal: déficit fiscal del 3% del PIB, -precisa Mata Mollejas. (@guti21)
Fuente: Revista Zeta Nº 1884 – 21-12-12