La banca esclavizada

Comparativamente con la banca mundial que sus respectivos gobiernos presionan para que se afinquen a que el origen de la deuda o del crédito esté vinculado a la producción de bienes y servicios, la situación de la banca venezolana padece de una acción crediticia que poco tiene que ver con el desarrollo del país.  Las distorsiones son de tal magnitud, que en opinión del Presidente de la Academia de Ciencias Económicas, la banca venezolana “se comporta hoy como la banca primitiva del siglo XVII, cuando el predominio de la moneda metálica obligaba a que los créditos fuesen una proporción moderada”.

Por AÍDA GUTIÉRREZ H. (@guti21)

“El desbalance del comercio exterior hace que, cada día, la moneda local se desvalorice y en la práctica solo sirve para cancelar las transacciones menores”, precisa el economista Luis Mata Mollejas, Presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, profesor titular y Coordinador del Doctorado de Economía en Faces, UCV.

-Hasta el malandraje quiere dólares o euros, y las transacciones mayores que no pueden realizarse en divisas, se realizan a crédito. Lo lamentable es que la acción crediticia bancaria  en Venezuela se realiza según un volumen y una distribución que poco tienen que ver con el desarrollo del país, – asevera Mata.

Luis Mata Mollejas: "esa banca, esclava del fisco y de los especuladores, es poco útil para el desarrollo del país, aunque tenga buenos réditos por sus actividades fuera de la actividad crediticia".

Luis Mata Mollejas: «esa banca, esclava del fisco y de los especuladores, es poco útil para el desarrollo del país, aunque tenga buenos réditos por sus actividades fuera de la actividad crediticia».

La banca esclavizada

El experto señala que  el desenvolvimiento exitoso de las economías modernas depende, de la actividad crediticia de su sistema financiero;  en el entendido, de que esta actividad se realiza como adelanto o financiamiento de la inversión; por lo cual los créditos crean los depósitos.

-Por ello –apunta- la relación crédito depósito en los países con buen desempeño económico oscila alrededor del 120% en los países de crecimiento moderado y en los de rápido crecimiento, como los de  Asia, sobre el 140%.

Enfatiza que tales indicadores no se encuentran en el caso de la banca venezolana: “su relación crédito deposito oscila alrededor del 50%, y el destino dominante  de los créditos es el consumo y el comercio. No la inversión reproductiva”.

-El balance consolidado de la banca venezolana también muestra un financiamiento de cerca del 30% de valores, en su mayoría del sector público y el saldo se divide entre  lo correspondiente a liquidez  de caja y del patrimonio.

-Es decir –prosigue Mata- , la banca venezolana se comporta hoy como la banca primitiva del siglo XVII, cuando el predominio de la moneda  metálica obligaba a  que los créditos fuesen una proporción moderada, y la proporción de reserva de liquidez importante.

-Al  someterse la actividad de la banca venezolana al manejo de los depósitos privados y públicos, y  a que su rentabilidad dependa de las tasas de rendimiento de los valores públicos, las tasas de interés que cobra necesariamente son altas y desincentivantes de la inversión reproductiva.

-De allí también que, en lo posible,  la banca se interese por la actividad especulativa sobre el tipo de cambio, estimulada a ello por las disposiciones oficiales, para disponer de divisas fuera del sistema de control cambiario.

En este sentido, Mata Mollejas estima que “esa banca, esclava del fisco y de los especuladores, es poco útil para el desarrollo del país, aunque tenga buenos réditos por sus actividades fuera de la actividad crediticia”.

También sentencia que “en descarga de su responsabilidad,  la culpabilidad mayor recae en  la política fiscal  monetaria, financiera  y productiva de la presente Administración Pública”.

-Esperemos entonces, que cuando tan nefastas prácticas cambien, si el gobierno decidiese eliminar los estímulos a la especulación con la deuda pública y con  el tipo de cambio, adoptando prácticas monetarias modernas y eliminase las viciadas que actualmente sigue el fisco, la banca privada venezolana tendrá el coraje de ponerse  los pantalones largos…

Destaca Mata que “el control de las actividades productivas se ejerce desde el exterior. En relación al petróleo, se siente la influencia determinante de la OPEP y de otros acuerdos  políticos de suministro que poca relación guardan con los requerimientos económicos del país”.

-Comportamiento similar se observa en la producción no petrolera, pues las necesidades de la población se satisfacen con crecientes importaciones, ante la caída de la producción nacional por la política desestimuladora del gobierno al imponer controles de precios y alzas de salarios, como estrategia ante  la inflación, – explica.

El marco mundial

Plantea Mata Mollejas que “el tráfico internacional de capitales, intensificado en las dos últimas décadas, ha provocado la subordinación de la coherencia productiva de las diversas economías nacionales,  a las estrategias de las grandes instituciones financieras; preocupadas por la maximización de los valores en circulación, en función de la participación de las diversas economías en el comercio internacional; pues ella constituye la referencia real de los valores en circulación”.

-De allí  que el nivel de empleo y de inflación de las economías nacionales dependa de la habilidad de sus políticas fiscales, monetarias  y crediticias  para estimular la producción local.

-En este entorno –continúa- , dado que la mayor parte de las transacciones se realiza a crédito, pues solo los saldos finales se compensan en las pocas monedas fiduciarias aceptadas en el ámbito internacional, la variabilidad de los tipos de cambio y de las tasas de interés en el ámbito nacional, señala el nivel de aceptación (riesgo) de las deudas de las empresas, de los Estados y de las monedas que sirven de dominación, a los distintos activos y pasivos.

-Y la primera regla general que  rige estos intercambios es la inversa a la antigua ley de Gresham, pues la deuda buena desplaza a la mala. Lo anterior explica la actual crisis estadounidense y europea y los esfuerzos de sus autoridades fiscales y monetarias por hacer respetables o aceptables las diversas carteras de deudas o títulos.

-La segunda regla general, asociada a la primera,  es que el origen de la deuda o del crédito esté vinculada a la producción real de bienes y servicios, en particular los que se transan internacionalmente. Y el cumplimiento de ambas reglas, constituye la clave del comportamiento exitoso de cualquier Estado, banco o empresa.

Los días difíciles

El economista comenta que “en Venezuela estamos viviendo unos días muy curiosos, en medio de una sociedad realenga. Es decir, sin controles efectivos para el  comportamiento social armónico diario”.

-El control político superior del Estado está en la Habana, muy lejos para tener una supervisión eficaz.  El control sobre las actividades de las fuerzas vivas o productivas está en ninguna parte. Podríamos suponer que los representantes más conspicuos del poder económico están desperdigados entre Miami, Bogotá, Madrid, Brasilia o New York, comunicados débilmente por internet.

En este sentido, el académico se pregunta: ¿qué se piensa de esta situación en Washington?  Y  responde: “allá sus elites, como siempre, nos dejan en plena libertad de acción, sin cuestionamientos mayores; siempre y cuando no interfiramos con sus propósitos e intereses inmediatos”.

-Por ello  sus “marines” nunca han llegado en actividades bélicas a nuestras playas. Mañana tampoco lo harán, porque lo que más podría interesarles, el control  directo de nuestra producción petrolera, no les interesa, ya que cada día producimos menos y ellos marchan hacia el autoabastecimiento,  y  el petróleo que coyunturalmente podría faltarles lo tienen asegurado, allende los mares, con fuerzas militares y alianzas políticas que de alguna forma emplearían  alegando razones de geopolítica planetaria.

-Pero también debemos afirmar que al interior de cualquier sociedad nunca existe un vacío absoluto de poderes. La ausencia, flojedad o lejanía del Estado hace que el orden interior sea suplido por medios no institucionales. En nuestro caso, el orden público está en manos del hampa común y de una policía cuasi hamponíl, según lo muestran las cifras de defunción por motivos no naturales y el temor que campea en las calles de las urbes, -enfatiza Mata Mollejas. (@guti21)

Fuente: Revista Zeta Nº1887 – 25-01-13