Este es el contenido del informe sobre la salud en Venezuela, presentado el pasado 17 de marzo por dos ONG venezolanas ante la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, brazo judicial de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Por AÍDA GUTIERREZ H. (@guti21)
“El Estado venezolano no ofrece seguridad de garantías mínimas de atención a la salud de las personas en los centros asistenciales del país. Agravando más la situación, la crisis de desabastecimiento de insumos y medicamentos importados, que se ha prolongado en el tiempo y ha provocado suspensión o cierre de servicios en los centros de salud públicos, por lo cual hay personas con necesidades de salud que se encuentran con serias dificultades para conseguir atención y medicinas y por ende se están perdiendo vidas humanas”.
Así se lee en el informe “El Derecho a la Salud en Venezuela” presentado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el 17 de marzo de 2015, por PROVEA (Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos) y CODEVIDA (Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y a la Vida).
La infraestructura
De acuerdo al informe, una de las fallas que más afecta los centros de salud públicos es el deterioro de la infraestructura (filtraciones en paredes y techos, inundaciones, roturas de aguas negras, falta de agua e interrupciones de energía eléctrica). Estas reducen los espacios, producen hacinamiento y problemas de contaminación.
Entre 2009 y 2013, se redujo drásticamente el número de camas operativas en los hospitales públicos, pasando de 30.964 a 21.770. La mayoría de los hospitales ha tenido una disminución de 50% en camas operativas.
En relación al personal de salud, los hospitales y ambulatorios de la salud pública han perdido 6.700 médicos, según estadísticas de la Federación Médica Venezolana (FMV), lo cual equivale a 24% del personal profesional disponible.
A ello se suma un 30% menos de médicos en formación o residentes, alcanzando en algunas especialidades, como anestesiología, casi 90%. Además, persiste un déficit de personal de enfermería que los gremios calculan en 60% y en los últimos años también se redujo el personal de laboratorio.
Desabastecimiento de insumos y medicamentos
La carencia de insumos médico-quirúrgicos, repuestos para equipos y reactivos para laboratorios, es otra condición restrictiva frecuente de la prestación de servicios en centros de salud públicos, que se agravó desde 2010 con el aumento de la inflación y las políticas de control y asignación de divisas.
Desde 2013, existe una crisis severa de desabastecimiento de estos materiales – dado que 84% son importados- produciendo de forma alarmante la suspensión de cirugías electivas y de emergencias, y de otras áreas de servicio como radiología, laboratorios y bancos de sangre.
Una encuesta de la organización Médicos x La Salud (Red de Médicos Residentes), realizada en 130 hospitales de 19 estados del país, encontró: 61% de hospitales con fallas graves o absolutas de material médico quirúrgico; 65% con fallas graves o absolutas de catéteres y sondas; 86% con equipos de Rayos X dañados; 94% con tomógrafos dañados o sin funcionar; 94% con laboratorios con falla de reactivos y 44% de los quirófanos cerrados o inoperativos.
Por otra parte, la crisis de desabastecimiento afecta también el acceso a medicamentos, ya que 70% de estos son importados. En hospitales públicos, Médicos x la Salud reportó que 67% de 130 hospitales se encontraban con fallas graves o absolutas de medicamentos.
La cámara de empresas farmacéutica (FEFARVEN) reportó que, entre 2011 y 2015, el nivel de falla subió de 15% a 60% en la ciudad de Caracas y sube a 70% en el resto de los estados del país.
En sus inventarios existen 98 medicamentos en falla, que afectan con mayor severidad a personas con problemas del sistema nervioso central, hipo e hipertiroidismo, diabetes, hipertensión, cuadros de convulsión, asma, psicosis y enfermedades neuromusculares.
Las denuncias recogidas por Provea en sus bases de información indican que entre 2004 y 2013 aumentó de 89 a 178 el número de hospitales y ambulatorios públicos con denuncias de restricción grave o severa en diferentes áreas de funcionamiento.
Hospital de Niños J.M. de los Ríos (HJMR)
El HJMR, centro especializado en pediatría, ubicado en Caracas, recibe niños y niñas de escasos recursos económicos. Se encuentra en extremas condiciones de deterioro, con problemas de infraestructura, insalubridad, hacinamiento, déficit de personal y escasez de insumos médico-quirúrgicos.
Con una capacidad de 420 camas, el hospital sólo tiene 160 habilitadas. Se han cerrado las áreas de infectología, neurocirugía y la emergencia, por inundación de aguas negras, trasladando el servicio a un espacio improvisado, en el que sólo caben 6 camas. En 2015, familiares denunciaron el fallecimiento de tres niños con leucemia por enfermedades oportunistas. A todos los niños que ingresan se prescriben antibióticos para prevenir infecciones bacterianas por posibles contaminaciones en áreas del hospital.
La falta de insumos médico-quirúrgicos es de 50 a 60 % y los equipos de tomografía y resonancia no funcionan. Existe una lista de espera de 4.428 niños desde 2012, por suspensión de cirugías electivas. En 2013, el Ministerio de la Salud remodeló 7 quirófanos que estuvieron 5 años parados por remodelación, pero nada más cuentan con 6 de los 36 anestesiólogos que antes había; sólo disponen de 4 cupos de terapia intensiva y no están funcionando los aires acondicionados. En 2015, los médicos advirtieron del cierre técnico de los servicios de cirugía electiva y de emergencia.
Hospital Universitario de Caracas (HUC)
El HUC presenta una situación grave de falta de insumos médico-quirúrgicos, medicamentos y equipos. 300 de 1.200 camas se encuentran inoperativas.
Este hospital tiene una lista de espera de 5.000 personas por diferentes tipos de cirugía (cardiovascular, oncológica y hernia umbilical, entre otras). 600 niños y niñas esperan un turno de cirugía pediátrica y otros por emergencias urológicas. No hay tomógrafo en el servicio de radiodiagnóstico e imageneología y se espera por la reparación de un resonador y de mamógrafo.
En 2014, fallecieron más de 50 personas en lista de espera del servicio de cirugía cardiovascular; de estas, 13 estaban hospitalizadas. En 2015, se suspendieron todas las cirugías por falta de suturas, compresas, sangre, anestesia, prótesis, instrumental, equipos, laboratorio y medicamentos, y las personas hospitalizadas fueron dadas de alta para evitar más muertes.
Atención de urgencia e intervenciones
250 personas al año, con accidentes cerebro-vasculares (ACV) y 500 con obstrucción de arterias coronarias, están en alto riesgo por fallas del instrumental, equipos y repuestos para cirugías; los marcapasos para 750 personas que cada año presentan deficiencias de corazón no se encuentran en el país; 500 personas que requieren salvar sus miembros inferiores, están en riesgo de amputaciones por falta de instrumentos que permitan evitarlas.
Personas con heridas de bala, quemaduras graves o traumatismos, tienen alta probabilidad de enfrentar serios obstáculos para recibir una atención médica inmediata y adecuada, por el alto déficit de ambulancias, camas y medicamentos y la escasez de material médico-quirúrgico, oxígeno, bancos de sangre, equipos de rayos X y personal de salud en emergencias de los hospitales públicos.
Desde 2012, aumentaron las denuncias de personas fallecidas en traslados o “ruleteo” de un centro otro para conseguir atención. Asimismo, 300 personas, en promedio, se encuentran anotadas en listas de espera por intervenciones quirúrgicas electivas en diferentes hospitales del país.
Denuncia el informe que la situación actual del derecho a la salud en Venezuela reviste características críticas extraordinarias y, por consiguiente, es obligación del Estado venezolano abordarla de manera urgente e inmediata y tomar todas las medidas necesarias. (@guti21)
FUENTE: Revista Zeta – Nº1994 -27-03-15
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